enero 22, 2014

Doce hipótesis sobre la minería ilegal (¿o informal?)

(Foto: RPP)

Por Hildegard Willer
Las imágenes de cráteres lunáticos en medio de la selva amazónica, como consecuencia de la minería ilegal, están inundando tanto medios nacionales como extranjeros. Pero a pesar de una creciente indignación generalizada en las urbes, poco se ha avanzado en terminar con este mal en las regiones alejadas del Perú.

Las siguientes reflexiones  son fruto de años de haber visitado lugares de minería informal desde Suyo en la frontera ecuatoriana hasta La Rinconada en Puno.


 1.    La minería informal ha dejado de ser un fenómeno marginal
Entre el 15 y el 22% del oro exportado por el Perú proviene de la minería informal o  ilegal. El volumen financiero proveniente de la minería ilegal sobrepasa hoy el volumen del narcotráfico. Minas de oro informales o ilegales se encuentran hoy en todo el Perú – hasta en la misma Lima Metropolitana, en el distrito de Carabayllo funcionan plantas de procesamiento de oro informal. Los focos principales de la minería ilegal están en el altiplano de Puno con la ciudad más alta del mundo, La Rinconada y la pampa de Ananea, así como en la selva de Madre de Dios. Otros focos son la sierra costera de Arequipa y Ayacucho, y  en el Norte las sierras de La Libertad y Piura. Se estima que entre 100 000 y 200 000 personas trabajan directamente en la minería artesanal y pequeña.  Un estudio reciente del Instituto Carnegie estima que la superficie de selva devastada por la minería ilegal asciende a 50 000 hectáreas.

2. ¿Informal es ilegal ?
La distinción entre ilegal e informal es difícil. En el Perú la informalidad campea por donde sea, no solo en la minería. Pero es digamos, un comerciante informal de comida que no declara sus ventas, también un ilegal? Hay unos que dicen que sí, porque por no declarar impuestos está robando a la comunidad. Otros insisten en una diferenciación entre informal e ilegal. Un informal no está contemplado dentro de la ley, pero tampoco comete un delito. En el Perú  innombrables comerciantes y pequeños productores son informales – igual que la mayoría de mineros de oro pequeños y artesanales.  Ellos salen a buscar oro sin pedir permisos, pagar impuestos o considerar leyes ambientales. Debido a este sustrato informal en la sociedad,  un minero informal de oro no suele tener ninguna conciencia de hacer algo malo o indebido. 

Según la ley existente, un minero solo es ilegal, es decir atenta contra la ley, cuando invaden las únicas áreas que están exentas de minería: parques nacionales, patrimonio arqueológico, zonas urbanas. Desde 2012 también está prohibida la minería en ríos. A falta de un ordenamiento territorial para la gran y mediana minería que distingue zonas donde se puede ejercer minería y donde no, tampoco está ordenada la minería pequeña y artesanal.

Esta distinción entre minería informal e ilegal está por cambiarse: todos los mineros pequeños y artesanales que hasta abril del 2014 cumplen con los requisitos legales (concesión minera, pago de impuesto, instrumento ambiental, permiso del uso del agua, permiso del dueño de la superficie), van a ser legales. El resto será ilegal y con esto no solamente fuera sino en contra de la ley.

3. Cada minero informal no es un pequeño  productor de oro
Los productores mineros están categorizados según el tamaño de sus concesiones y su capacidad productiva que depende del uso de maquinaria y/o de la cantidad de empleados. No todos, pero muchos mineros artesanales y pequeños son informales. La minería mediana y grande, a cambio, siempre es formalizada – es difícil esconder un tajo abierto enorme del estado peruano. Pero qué hacer con un tajo abierto que según su tamaño pertenece a la categoría de mediana minería, pero todavía goza de los privilegios de registrarse como minería  a pequeña escala? Este es el caso de vario mineros en Madre de Dios o Puno.
La minería artesanal y pequeña tiene un reglamento distinto de la gran y mediana minería. Tanto las concesiones como el monitoreo de la  minería  a pequeña escala están bajo la competencia de los gobiernos regionales mientras que la mediana y gran minería están siendo reguladas desde Lima. Los gobiernos regionales tienen poco personal capacitado pocos recursos financieros  para esta tarea.

Con el boom del oro que ya dura más de una década, varios que empezaron como mineros artesanales hoy en día son dueños de verdaderas reinados mineros.  Como hacendados a la antigua siguen residiendo por encima de sus tajos abiertos (que hace pocos años aun fueron lechos de río) , siguen firmando bajo el régimen de la pequeña minería aunque por su volumen de tierras removidas pertenecen a la categoría de minería mediana o hasta grande. En esta zona gris entre informalidad e ilegalidad y muy lejos de la capital, algunos pequeños mineros de antaño han construido imperios mineros que no le deben nada en cuánto a ganancias a la mediana minería. Se ha vuelto hasta atractivo para inversores extranjeros de muchos países que financian maquinarias para extraer oro.

4. La minería aluvial es mucho más dañino que la minería de socavón
En el Perú se distingue la minería según su volumen, pero no por la modalidad con la que se extrae el mineral. Aunque es la modalidad que define el grado de impacto ambiental.
 La minería tradicional es la de socavón, donde los mineros bajan adentro del cerro, usan explosivos para desprender las rocas, que a su vez son sacadas, molidas y después amalgamadas con mercurio para ligar el oro. Es el tipo de minería que se viene haciendo desde la colonia. Hoy en día se sigue haciendo en minas antiguas de Arequipa y Ayacucho, pero también en La Rinconada de Puno o en la sierra de Piura.

El daño ambiental resulta del uso indebido del mercurio cuando se amalgama al oro. Además los depósitos de relave dañan el ambiente y el paisaje durante años.  Muchas veces las minas de socavón se ubican en zonas áridas o desérticas, con la ventaja  que el mercurio u otros metales pesados librados no pueden llegar a un circuito acuático. Por el otro lado, la minería compite con otros sectores por las reservas escuetas de agua.

La otra modalidad de producir oro es a través de la minería aluvial: las arenas que bajan los ríos de los Andes traen partículas mínimas de oro. El material se obteniene excavando los lechos de los ríos y los terrenos adyacentes; después el material es llevado por encima de un  tapiz donde las piedritas se quedan atascadas. Después sigue el mismo procedimiento de amalgamación con mercurio. La minería aluvial se da a lo largo de cursos de agua; el mercurio usado en el proceso de amalgamación, rápidamente entra al agua y a través de los peces entra al circuito alimenticio de la población. Cuando los ríos o riachuelos atraviesan un bosque o una selva, como es el caso en Madre de Dios, entonces hay que talar los árboles para llegar a la arenca codiciada. El resultado de la minería aluvial siempre son paisajes desforestados, cráteres lunáticos de relaves y ríos contaminados.   La minería aluvial se practica en zonas de la selva – Madre de Dios es la más conocida, pero también en la pampa de Ananea en Puno, a 4500 metros de altura (no hay que confundir la minería aluvial de Ananea con la minería de socavón en la cercana La Rinconada).  En el caso de Ananea, los ríos contaminados con mercurio y metales pesados dañan primero a los pastos rio abajo antes de que desembarquen en el Lago Titicaca.

En algunos lugares se practica minería a pequeña escala usando cianuro en vez de mercurio. Es el mismo método que se usa en la minería industrial a través de la lixiviación de cianuro. El uso del cianuro es muy peligroso para el minero y normalmente necesita una planta industrial.  Al contrario del mercurio, el cianuro, se degrada después de unos días mientras que el mercurio sigue flotando en el aire, agua o suelo durante años. La minería aluvial es mucho más dañino para el medio ambiente que la minería de socavón. Sin embargo, una minería de oro totalmente limpia no existe – tampoco en las minas de socavón.

5. Los primeros afectados por la minería ilegal son los mismos beneficiarios
“Sé que el uso del mercurio no es bueno para mi salud, pero ¿qué voy a hacer? De esto vivo”. Cuántas veces he escuchado esta frase de la boca de mineros ilegales que saben muy bien que su trabajo ilegal produce daños irreparables en su propia salud. Pero más pesa la ganancia por la producción de oro que supera en mucho las entradas de un  campesino, pequeño comerciante pero también de un policía o maestro.  Los daños en la salud – por ejemplo por la inhalación del vapor de mercurio en el refogueo - se muestran años más tarde, mientras que el dinero obtenido se puede gastar hoy. La mayoría prefiere las ganancias económicas de hoy a la salud futura. Por esto, que el Estado asuma el compromiso– y no la decisión individual – de velar por la salud futura de sus ciudadanos.

6. Quién se mete en la minería, lo hace de manera voluntaria
 En los centros de minería informal se encuentran burdeles ilegales con menores de edad que son forzadas a prostituirse u otras personas que son víctimas de trata. Tampoco cesan los rumores de que personas solas sin red familiar son sacrificados para que el cerro suelte su oro.

Este tráfico ilegal de personas debe ser combatido de la manera más fuerte. Sin embargo no debe desviar nuestra atención del hecho que la gran mayoría de personas que trabajan como mineros o comerciantes en los centros de minería ilegal, lo hacen de manera voluntaria. En toda Puno, Juliaca, Cusco circulan los cuentos de grandes riquezas entre los estudiantes universitarios, pero también padres de familia que apenas viven de lo que les dan sus tierras o las mujeres que como comerciantes pueden ganar lo triple de lo que ganan en el mercado Tupac Amaru en Juliaca. En La Rinconada, por encima de 5200 metros de altura viven aproximadamente 40 000 personas en condiciones climáticas y sanitarias indecibles. Para todos ellos, “ir a la mina” es una opción sacrificada, a veces hasta brutal, pero siempre lucrativa y por esto voluntaria.  En el caso de La Rinconada los mineros insisten en continuar trabajar por “cachorreo”, un sistema de pago arcaico: tres semanas de trabajo gratuito para el dueño del socavón, después los mineros pueden ir 1 a 2 días por cuenta propia y quedarse con el oro que encuentran en estos días. Hasta hoy día los mineros prefieren este sistema del “cachorreo” a uno que les da un pago regular y seguridad social.

La realidad es mucho más compleja. En Puno, Cusco o Madre  de Dios  casi no hay familia que no tenga un familiar trabajando en la mina. Dentro de las mismas familias se sienten los beneficios económicos de la minería y los daños ambientales: el hijo se va a la mina y trae el dinero a casa; los padres quedan en la chacra y sufren el agua contaminado.

7. Empresas reconocidas se aprovechan  - Laytaruma, Triveño Mercury, Volvo, Bosch y muchos más
En casa centro de minería artesanal o pequeño – informal o ilegal – uno encuentra viejos conocidos: la planta de procesamiento “Laytaruma” con filiales en todos los centros mineros para comprar los relaves donde, en su planta de Yauca, sacan la última chispa de oro; el comercio de mercurio “Triveño” –  día vendedor legal de mercurio, que hoy tiene una fuerte competencia en el mercurio chino traído por vías de contrabando. En todos los focos de minería aluvial se encuentran Caterpillar y excavadoras de la marca sueca “Volvo”, traídos al Perú legalmente por la empresa Ferreyros, cuyos ejecutivos hasta posan en fotos con la baronesa legendaria del oro de Puerto Maldonada, la “Goya” Casas.  En las minas de socavón uno encuentra grandes carteles de publicad para taladros de la marca alemana “Bosch” para sacar el material del cerro – si es de manera informal o formal, ilegal o no – esto no importa a los que suministran la maquinaria y otros insumos.

Un camino para frenar la minería ilegal es a través del control de los insumos. La Sunat empezará en el 2014 con la implementación de un sistema de control para mercurio y gasolina.  También la maquinaria pesada va a ser registrada. 

8. Separar los „buenos „ mineros de los „malos“ – el origen de una nueva espiral de violencia?
El gobierno apuesta a la estrategia de formalización, es decir diferenciar entre los hasta ahora “informales”en ilegales y legales. El minero que quiere legalizarse ha tenido que firmar una declaración de compromiso y tendrá tiempo hasta abril del 2014 para cumplir con los reglamentos tributarios, ambientales y concesionarios para recibir el estatus de un productor formal y legal.

Ser minero no formalizado se convertirá en abril 2014 en algo tan ilegal como cultivar coca.  El problema: hasta hoy día nunca se ha podido detener un negocio ilegal reduciendo la oferta.  Mientras que la demanda por oro continúa y el precio continúa alto, mientras que haya compradores para oro producido ilegalmente, es muy probable que se seguirá produciendo. Con la diferencia que la minería ilegal de oro podría desencadenar una espiral de violencia parecida a la del narcotráfico. Los inicios ya están dados: según la Unidad de Inteligencia Financiera de la SBS ya se están entrelazando los circuitos del financiamiento del narcotráfico   y de la minería ilegal. En Colombia son los mismos grupos armados que han dejado de financiarse a través del narcotráfico y se dedican a la actividad de la minería de oro, mucho más rentable.

La segunda estrategia al lado de la formalización es la fiscalización y el control de los insumos. La Sunat implementará a partir del 2014 un sistema de control de mercurio y de gasolina, asi como un registro de la maquinaria.

9. El oro producido ilegalmente es igual al oro legalmente producido
El oro – y este es una diferencia con la cocaína – es un producto totalmente legal. Es legal comprar oro, venderlo, transportarlo. Exportar oro no requiere otros requisitos que para exportar café.  Tampoco hay signos exteriores que distinguen el oro ilegal del oro legal. Teniendo una barra de oro o una cadena en la mano, uno no puede saber cuántos arboles han sido talados o cuánto mercurio ha llegado al Lago Titicaca, o cuantos mineros sin protección laboral han dado su vida para producirla.

La única garantía para saber en qué condiciones sociales y ecológicos el oro ha sido producido es conocer la mina de donde proviene. Actualmente dos empresas mineras en el Sur Medio de Arequipa producen oro para el sello del Comercio Justo. Las dos empresas son cooperativas con una larga historia de organización y trabajan en minas de socavón en regiones casi desérticas.  Su producción constituye una parte mínima del volumen total de oro producido tanto por la minería informal – ilegal como la minería industrial. Una gran parte del oro peruano se sigue exportando a Suiza, donde tienen su sede las grandes refinerías de oro. Pero también países como la India y Dubai reciben oro peruano.

10. La minería informal es más efectiva en la lucha contra la pobreza que la gran minería industrial
Comparando las cifras de pobreza de los departamentos de Puno y de Cajamarca, la sorpresa es grande: el departamento de Puno ha bajado su tasa de pobreza en los últimos 10 años en un 20% más que el departamento de Cajamarca. Puno es, a la vez, un centro de minería informal de oro mientras que en Cajamarca funciona la mina industrial de oro más grande de América del Sur.  El departamento de Madre de Dios lidera las estadísticas de tala de árboles – pero también lidera el ranking de los departamentos con menos pobreza.

Aunque esta verdad no le gustará en nada a los ambientalistas, todo indica que la minería informal es más efectiva en repartir la renta minera entre la población que  la gran minería. El poblador de Puno o de Madre de Dios que quiere dedicarse a la minería, simplemente lo hace y sube al cerro o baja a la selva. En Cajamarca, donde se ha formado un enclave minero para los elegidos, es muy difícil conseguir uno de los trabajos codiciados en la mina.
El éxito de la minería informal en la redistribución de las ganancias es también un indicador de fracaso para el estado peruano y la gran minería que no logra redistribuir  sus ganancias entre las poblaciones del lugar de la explotación.

 11. El medio ambiente no cuenta
“Yo apoyo a la minería informal“, dice Wilber, un joven de la provincia de Ayabaca en Piura. El trabaja por 50 soles diarios con Don Felipe , un minero informal de Suyo, bajando un socavón de 2 metros de ancho, usando explosivos sin protección. Después, fuera del socavón, sube los baldes con el material a fuerza de mano con una polea. Después se muele el material se amalgama con mercurio. El pozo de relave lleno de un líquido turbio mezclado con metales pesados y mercurio se ubica al costado de la quebrada sembrada con árboles de papaya.  Wilber viene de Majaz, donde la población se resiste a un proyecto de minería industrial.  Sin pensarlo dos veces, Wilber afirma que está en contra del proyecto minero, porque les quita tierra y porque contamina el agua y el medio ambiente.

En todo el Perú uno se encuentra con estas contradicciones: pocas personas protestan contra la minería ilegal, no importa cuántas fotos  de cráteres lunáticos en medio de la selva se exhiben en los periódicos de Lima. Pero cuando una gran empresa minera planifica un proyecto, casi siempre surge un movimiento local de protesta y defensa del medio ambiente.  No hay duda de que la gente tiene muchas razones para organizar y mostrar sus resistencias y reclamar su participación – solo que la preocupación por el medio ambiente debe ser lo de menos.  No existe una conciencia por la calidad de vida que significa aire puro, agua limpio y un paisaje intocado. En la misma Lima no hay movimientos de protesta por la contaminación del aire que es uno de los más fuertes en toda América Latina. ¿Por qué se supone que los campesinos con necesidades básicas no satisfechas tengan una mayor conciencia ambiental que la clase media limeña?

La realidad es mucho más compleja. En Puno, Cusco o Madre  de Dios  casi no hay familia que no tenga un familiar trabajando en la mina. Dentro de las mismas familias se sienten los beneficios económicos de la minería y los daños ambientales: el hijo se va a la mina y trae el dinero a casa; los padres quedan en la chacra y sufren el agua contaminado. Cuando entra en disputa el beneficio económico con el daño ambiental, casi siempre gana el beneficio económico. A nivel individual tanto como a nivel político. Sobre todo en las regiones alejadas  no existe la noción de que el medio ambiente merece un cuidado especial. El recientemente inaugurado y muy lucrativo centro comercial en Juliaca  es considerado como un beneficio más grande que una pampa intocada a 4500 metros de altura.

La experiencia con la minería informal sugieren que  los conflictos mineros entre comunidades y empresas de la gran minería tienen mucho menos raíces en problemas ambientales – a pesar del discurso preeminentemente ambiental - sino que son conflictos por la participación política y redistribución de las ganancias. Es también la experiencia en otros continentes: las necesidades básicas materiales tienen que ser cubiertas antes de que se sienta la necesidad por un medio ambiente limpio.

12. ¿Y si lo dejamos adentro?
 El oro no tiene ningún valor productivo.  Una mínima parte de la producción del oro va a labores dentales o la industria electrónica. La gran mayoría se usa como supuesto depósito seguro  en tiempos de crisis. Con un gran costo ambiental se saca el oro solo para depositarlo en un banco de Zurich, Frankfurt o Londres.  ¿Y porqué no dejar el oro en sus cerros, su “hábitat natural” y, en vez de explotarlo, vender  una parcela de un cerro con su oro adentro? Así podría empezar un escenario pos- extractivista, de una sociedad que decide despertar de las pesadillas que les ha dejado la fiebre de oro.

Fuente: Revista IDEELE