José de Echave (Foto: Comunicaciones Aliadas) |
Escribe: José De EChave C.
Entre el 20 y 22 de mayo, se realizó en la ciudad de Lima el
11° Simposio Internacional del Oro y la Plata. El evento que congregó a
representantes de las empresas mineras, varios ministros y ex ministros
cercanos al sector empresarial minero, sirvió de escenario para que los
principales voceros de la Sociedad Nacional de Minería, expresen sus
principales demandas y hagan incidencia frente a las autoridades
gubernamentales.
Fue un diálogo totalmente monocorde. No hubo en toda la
programación ningún expositor que presente por lo menos alguna visión distinta
o alternativa al pensamiento único de los empresarios mineros.
El punto central de las críticas empresariales ha sido la
famosa “permisología”. Argumento que repiten todos los empresarios cada vez que
pueden y que lamentablemente comienzan a repetir algunos ministros y
funcionarios del actual gabinete. El objetivo es traerse abajo las precarias
normas ambientales y sociales existentes y la incipiente institucionalidad
vinculada a estos temas.
Según el ex presidente de la CONFIEP y empresario minero,
Ricardo Briceño, la “permisología” se expresa en más de 180 normas vinculadas a
la minería, que se entrecruzan y crean confusión y desalientan supuestamente a
los inversionistas. Los blancos han sido bien identificados: son el Ministerio
del Ambiente y varios de sus organismos adscritos como la Organización de
Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el recientemente creado Sistema
Nacional de Certificación Ambiental (SENACE), el Vice Ministerio de
Interculturalidad y la consulta previa; el proceso de descentralización y
varios otros organismos e instancias.
Hay que traerse abajo toda esa maraña: “la normatividad
minera es hoy un plato de espagueti”; así la ha definido el propio Briceño. La
impresión que queda de estos mensajes es que los empresarios sienten que ha
llegado el momento de lanzar una ofensiva; se sienten fuertes y ahora es el
momento preciso de pulsear nuevamente al gobierno para traerse abajo o por lo
menos limitar a las instituciones y las normas que les incomoda: si no se puede
desaparecer toda esa institucionalidad, por lo menos hay que maniatarla y que
queden simplemente para guardar las apariencias.
Lo
que queda claro del Simposio es que ahora, ése es el objetivo. “La permisología
ha desplazado a la conflictividad social como el problema más acuciante para la
minería”, concluía un diario local como uno de los balances principales del
simposio. Cierto o no, la campaña empresarial continuará y habrá que ver cuánto
más cede el gobierno.Fuente: CooperAccion