junio 25, 2013

Bagua no termina

La forma como se están llevando los procesos judiciales que buscan sancionar las responsabilidades de los lamentables sucesos ocurridos hace cuatro años, y que  inclinan la balanza de un solo lado para que los indígenas carguen con todo el peso de la ley, es la prueba clara de que la tragedia de Bagua no termina.

(Foto: La Mula)
No  es solo que los procesos estén avanzado lento, sino que ahora la Sala competente se rehúsa a seguir llevando el caso. Los líderes indígenas se encuentran inmersos en procesos que están en las antípodas de la interculturalidad. Y, además, todo indicar que solo se les hará responsables a ellos   y a los policías con quienes se enfrentaron por causa de un pésimo operativo de desalojo que, por su magnitud, no podía sino contar con la anuencia y conocimiento de los altos funcionarios del gobierno.

Así, el sufrimiento de los indígenas y de los familiares de los policías que ha sido ocasionado por “el gobierno de la política del perro del hortelano” no termina y, por el contrario, se prolonga en lo que ya parece un baguazo judicial, con este nuevo gobierno, el que traería “la gran transformación”.

Por eso, con motivo de la presentación del libro “La verdad de Bagua”, el pasado 14 de junio, muchos de los protagonistas de este drama no resuelto expresaron su indignación y  preocupaciones. Estuvieron presentes Jesús Manacés y la hermana Mari Carmen Gómez, quienes han escrito el Informe en minoría que está completo en el libro,  y que expresaron su preocupación por el camino que siguen los juicios, por las responsabilidades que tienen la ex ministra del Interior, Mercedes Cabanillas y otros miembros del Gabinete aprista que se han librado de polvo y paja. Recientemente, ella declaró- ante la indignación de todas las víctimas de este proceso, que  estos temas no le quitan el sueño.

En el evento estuvo presente la viuda del suboficial José Antonio Vilela, muerto en la Curva del Diablo, que pidió también un juicio justo para sus hermanos indígenas, ya que ella también es indígena yanesha. Entre el público estaban hermanas de la Iglesia católica que trabajan en el río Santiago, Chiriaco y Santa María de Nieva, estudiantes, defensores de los derechos humanos, profesionales y uno de los accionistas de la minera Afrodita, quien ofreció puertas abiertas para que, en búsqueda de la verdad, se comparta información respecto de su actuación en la Cordillera del Cóndor. Recordemos que una de las causas del conflicto fue el recorte del parque Ichigkat Muja en el Cenepa, y el funcionamiento de esa minera en la zona del Cenepa sin la consulta previa a la población awajún. (Esta empresa ha sido aludida tanto en el Informe Final de Guido Lombardi, como en el Informe en minoría de la hermana Gómez  y  el dirigente Jesús Manacés).

Fue momento para recordar, además, que en Bagua se había perdido  hermanos, compañeros indígenas, padres, hijos. Se hizo hincapié en que los procesos de Bagua, más que trámites judiciales, son delicados dramas que han enlutado a muchas familias y organizaciones. Pero no solo eso, el Estado perdió la oportunidad de “amistarse” con los pueblos indígenas, y más bien lo que hizo fue ahondar la incomprensión estatal respecto de las demandas indígenas. Y fue momento también para que quedara claro, en palabras de Jesús Manacés, que todos los responsables deben asumir sus delitos, incluso los indígenas (pero no solo ellos).


El sistema de justicia se justifica y legitima, precisamente, en la actuación que despliegue frente a hechos como éste. Hasta hoy está jalado, por lo que le urge  a las autoridades como Javier Mendoza (Poder Judicial), José Peláez (Fiscal de la Nación) y Máximo Herrera (Consejo Nacional de la Magistratura), identificar una política judicial y fiscal que ponga en relieve el caso para proveer de los adecuados recursos humanos y logísticos, así como para evaluar y corregir las faltas al debido proceso desde una perspectiva intercultural. Es su responsabilidad.

Fuente: Justiciaviva.org.pe