Por: José de Echave.
Con 64 votos a favor, cero en contra y ocho
abstenciones, el Congreso peruano aprobó la creación del Sistema Nacional de
Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (SENACE) el pasado 22
de noviembre. La propuesta ha sido aprobada sin mayores cambios sustantivos y
el debate en las comisiones no ha permitido enriquecerla y corregir algunas
fallas que se presentaron en el diseño inicial que venía del Ejecutivo.
¿La creación del SENACE ayudará a reducir los
conflictos socio-ambientales tal como lo señalan algunos ministros? Dependerá
de varios factores; sin embargo hay que reconocer que a estas alturas no hay
remedio milagroso que pueda permitir que, de la noche a la mañana, los
conflictos desaparezcan o disminuyan de manera sustantiva.
La primera reacción que genera el anuncio de
la creación del SENACE es positiva y se debe saludar la iniciativa de comenzar
a transferir la competencia de la aprobación de los Estudios de Impacto
Ambiental (EIA) a un organismo técnico e independiente de los sectores que
promueven las inversiones. Este es un primer paso para lograr una gestión
ambiental independiente desde el Estado y así comenzar a recuperar credibilidad
de las poblaciones.
Sin embargo, la ley aprobada en el Congreso,
plantea algunas dudas que no han sido aclaradas y superadas. Por ejemplo, la
propuesta establece que algunos Estudios de Impacto Ambiental podrán ser
excluidos a propuesta de los sectores. El riesgo es que este artículo se
convierta en una ventana abierta para que cada ministerio pueda solicitar la
exclusión de algún EIA del ámbito de SENACE, por motivos que nunca faltarán,
relegando los criterios de sostenibilidad ambiental.
Otros temas a considerar: el rol de los
gobiernos regionales y locales en estos procesos de evaluación ambiental. ¿Se
los va a seguir excluyendo de los procesos de toma de decisión sobre los
proyectos que se implementan en las regiones? No hay que olvidar que el
conflicto de Conga ha sido una muestra de la necesidad de involucrar
previamente a los gobiernos regionales y de informar adecuadamente a las
poblaciones.
Asimismo, una novedad importante es la
implementación del mecanismo de ventanilla única, el cual ha funcionado en
otros países del mundo en aras de promover la simplificación administrativa.
Sin embargo, se espera que la búsqueda por simplificar los procedimientos
administrativos no sacrifique la rigurosidad técnica que se requiere para una
adecuada evaluación de los EIA.
Por otro lado, la creación del SENACE debe
considerarse como una extraordinaria oportunidad para incluir a las
Evaluaciones Ambientales Estratégicas (EAE) como instrumentos que deben ser
implementados y evaluados por este organismo. No hay que olvidar que los EIA
son hoy en día insuficientes y se necesita instrumentos complementarios como
los EAE para medir los impactos acumulativos de varios proyectos en una
determinada zona.
Es el momento de comenzar a construir en el
país un sistema de evaluación ambiental que recoja los mejores estándares
globales. La creación del SENACE puede ser un primer paso que deberá
complementarse con otras medidas que se han ofrecido y que hasta ahora se
siguen haciendo esperar.
Las políticas públicas en materia ambiental
deben respaldarse en normas eficientes que contribuyan a una verdadera
estrategia de desarrollo sostenible y por supuesto a la reducción de la
conflictividad social en el país.
28 de noviembre de 2012
CON EL RUEGO DE SU DIFUSIÓN
COOPERACCION