América Latina es la región más desigual en distribución
de la tierra. La alimentación debe estar por encima de cualquier criterio de
mercado. (Fuente: Inforegión)
|
A pesar del crecimiento económico y reducción de la
pobreza registrados en la región durante los últimos años, América Latina sigue
siendo la región con mayor desigualdad del mundo. Según la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 10% más rico de la población
latinoamericana recibe el 32% de los ingresos totales, mientras que el 40% más
pobre recibe solo el 15%.
Françoise Vanni, representante regional de Oxfam para
América Latina y el Caribe, sostuvo que pese al trabajo realizado para combatir
la pobreza, revertir los altos niveles de desigualdad sigue siendo el gran
desafío de la región. “Hace falta que los líderes políticos y económicos asuman
un compromiso real y acciones concretas para enfrentar este problema,
fomentando un desarrollo económico sostenible, que haga un uso responsable de
los recursos naturales”, dijo.
La pobreza y desigualdad en la región encierra problemas
como el acceso a alimentos de calidad para todos y todas. Siendo una de las
regiones más importantes en la producción de alimentos, 49 millones de
latinoamericanos se acuestan con hambre cada noche. “No podemos hablar de
crecimiento económico, reducción de la pobreza y la desigualdad sin garantizar
el acceso de la población a una alimentación adecuada. Es fundamental que las
autoridades reunidas en Lima coloquen este punto como una prioridad. Los
criterios de mercado no pueden estar por encima de este derecho básico”, señaló
Vanni.
El acceso de productores y productoras a la tierra,
principal activo para la producción de alimentos, es crucial. No obstante, en
la actualidad son librados diferentes conflictos por tierras que enfrentan a
comunidades campesinas e indígenas con los gobiernos y los inversionistas. Como
resultado, existen procesos de concentración de la tierra en marcha que generan
pérdidas de medios de vida, inseguridad alimentaria y más pobreza. Un caso
emblemático es el de Paraguay, país donde aproximadamente el 2% de la población
posee el 85% de las tierras.
“En la región se vienen dando diferentes problemas
alrededor de la tierra, que tienen como raíz la inseguridad jurídica de muchos
productores/as sobre este recurso. Es necesario que se titulen las tierras de
los pequeños productores/as para asegurar el acceso y su uso a través de
procesos transparentes que cuenten con el consentimiento de las comunidades”,
declaró Vanni.
Oxfam considera que la inversión nacional e internacional
puede desempeñar un papel fundamental en el desarrollo y en la reducción de la
pobreza, si es que esta se gestiona de forma responsable y a través de un marco
regulatorio eficaz.
“En tales condiciones, la inversión puede mejorar los
medios de vida y crear empleo, servicios e infraestructura. Instamos a los
inversionistas y empresarios a trabajar con altos estándares sociales,
laborales y ambientales que vayan incluso más allá de lo que fijan las leyes
nacionales”, señaló.